El tatuaje en cualquiera de sus formas está convirtiéndose en algo habitual entre los jóvenes. Los niños ya desde sus primeros años de primaria aplican sobre sus brazos tatuajes que luego desaparecen con el lavado y a medida que van creciendo cambian sus preferencias y quieren que sean definitivos.
En los últimos años y sobre todo coincidiendo con el periodo estival estamos asistiendo a un aumento en la realización de tatuajes de henna negra como consecuencia de su aparente inocuidad y a su desaparición en algunas semanas.
La henna es un pigmento natural que se extrae de las hojas secas de la planta Lawsonia Inermes, de la familia de las Litráceas. Es utilizada en algunas culturas Orientales como colorante del pelo, utilizado en la decoración de uñas y que se aplica directamente sobre la piel como tatuaje. Para aumentar la duración del tatuaje, el color y mejorar la definición del mismo se suelen añadir diversas sustancias entre los que encontramos la parafenilendiamina (PPD) y sus derivados, siendo esta la que produce sensibilización, ocasionando además una reacción cruzada con otras sustancias (ácido paraaminobenzoico (PABA),sulfonamidas, fotoprotectores y anestésicos locales como la procaína y la benzocaína.Una vez que se ha producido la sensibilización a PPD, ésta va a ser indefinida, por lo que el individuo no podrá utilizar tintes capilares y deberá precaución con los tintes de las ropas y resto de productos que pudieran contener PPD. En alguna ocasión la intensidad de la sensibilización a PPD adquirida tras este tipo de tatuajes es muy grande. Así se han publicado dos casos de niños sensibilizados mediante henna negra que sufrieron un cuadro de dificultad respiratoria que precisó ventilación mecánica, a las pocas horas de teñirse el pelo con un tinte capilar.
A pesar de que en los últimos años se han publicado casos de eccemas de contacto por sensibilización a la henna siendo incluso divulgados a la opinión pública, este tipo de tatuajes siguen estando de moda y poco importa a la población los efectos secundarios que puedan conllevar y mucho menos cuando se trata de adolescentes.
Desde las consultas de pediatría se debería de realizar una labor informativa en los controles de salud, informando a los padres en los casos de niños más pequeños y al propio adolescente en su caso, haciéndoles entender el riesgo que conlleva este tipo de modas.
