Esta semana quiero hablar sobre la polémica surgida con la publicación del libro “Victimas de la lactancia materna. Ni dogmatismos ni trincheras” del Dr. González Cano.
Han sido muchas las críticas dirigidas hacia este libro y ataques personales al autor desde el anuncio de su publicación, tanto es así que el día de la presentación del libro ya estaban esperándolo en la puerta de la librería donde se iba a celebrar el acto.
Algunas citas del libro son:”La lactancia materna prolongada está generando muchos ingresos en los Hospitales por desmedro. No es lo mismo dar pecho tres meses que darlo durante seis y no digamos nada si se prolonga por encima del año de vida. Por poder hacerse, puede hacerse. Pero ¿es bueno o malo para los niños? ¿Acaso un niño de dos años de edad medio desnutrido, con estigmas raquíticos y anémico, no es una “víctima” del actual dogmatismo? Y eso sin hablar de los complejos de Edipo severos que están aflorando ante amamantamientos tan prolongados. En contra de las Recomendaciones actuales, considero que en los países desarrollados el destete total o parcial debe hacerse a los cuatro meses de vida. A partir de ese momento llega la primera papilla de cereales y progresivamente de fruta, verduras etc. Si el destete es más tardío, casi siempre hay problemas con las papillas y eso conduce inevitablemente a carencias nutricionales y a convertir a esos niños en “victimas” del actual dogmatismo.”
Desde mi punto de vista entre las críticas al libro y al autor se han dicho auténticas barbaridades.
Los que estamos en nuestras consultas viendo niños, recién nacidos, lactantes…vemos lo que está ocurriendo en el día a día con la lactancia materna.Desde hace algún tiempo se está viviendo un cierto acoso por parte de algunos profesionales y en determinadas zonas de salud hacia aquellas madres que por alguna razón no pueden o no quieren dar lactancia materna a su hijo.
Analizando esto, yo me pregunto, ¿no tiene derecho la madre a elegir qué es lo que quiere para su hijo. ¿Qué es lo que considera mejor para el niño?.
Para tomar la decisión en la madre pueden influir múltiples factores, que no voy a entrar a analizar. Yo como pediatra le podré aconsejar a que alimente a su recién nacido o lactante con lactancia materna pero nunca obligaré a ello ni juzgaré si acaba eligiendo una leche de fórmula.
Si no tuvieramos fórmulas artificiales con una composición extraordinaria en el mercado para poder alimentar a estos niños en caso de no hacerlo con lactancia materna sería una situación distinta. Pero desde luego no es el caso.
Esta semana, me comentaba una madre en la consulta que estaba muy preocupada, que estaba hecha un lio, que la estaban mareando…. y que quería que le viera la lengua a su hija para que valorara un posible frenillo lingual. Según me contaba esta madre estaba acudiendo a un “grupo de lactancia materna” para que la asesoraran. Le habían dicho en este grupo integrado exclusivamente por madres que su hija tenía un frenillo lingual grado 3 y que debía valorarlo su pediatra para que la derivaran a cirugía y se lo cortaran. Ese era el problema por el que no se cogía bien al pecho. Después de valorar a la nña puedo decir que ese frenillo no existía y por tanto lo único que se había hecho era crear una ansiedad en la madre ante una posible intervención por parte del cirujano.
Ante esta consulta, yo me pregunto ¿A qué están jugando?. Un grupo de madres que se reúnen y se sienten capaces de diagnosticar un grado de frenillo en un niño. Es algo que me hace pensar mucho.
Los extremismos no son buenos y no debemos caer en ellos, yo desde luego no lo voy a hacer y siempre voy a dar la libertad a esa madre para que elija qué es lo que quiere hacer y cómo lo quiere hacer. Y en este sentido me podría extender en la forma de dar la lactancia materna (a demanda o reglada cada 2-3 horas) pero no es el caso.
